Mis Amores,
Siguiendo con este pequeño
ciclo que hemos empezado sobre los pecados capitales, hoy voy a hablaros sobre la Envidia, también como en otros de
estos escritos os he manifestado cuando a nuestra mente nos viene la palabra envidia,
todos pensamos en ese sentimiento de querer tener o poseer cosas que otras
personas tienen y nosotros no; la envidia es ese sentimiento o estado mental en
el cual lo persona que lo experimenta siente dolor o desdicha por no poseer uno
mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase
de cosas, también puede expresarse como tristeza
o pesar del bien ajeno, o como el
deseo de algo que no se posee.
En términos médicos la envidia
ha sido definida por diversos términos según los diagnósticos psiquiátricos, El
que más ha marcado redundancia en los últimos tiempos, es la frase citada por
el Doctor Saúl F. Salischiker: "Cuando
una persona se obsesiona y deja de vivir por estar pendiente de tu vida o en
este caso en la vida de su adversario, de su entorno, y entre otras cosas
siente agobio por cada uno de sus triunfos… Aparte de mostrar signos graves de
inferioridad, te muestra que estas tratando con una persona psiquiátricamente
enferma
Desde el punto de vista
religioso la envidia forma parte de esos pecados capitales, y es llamado
capital porque a su vez genera otra serie de pecados o vicios, el término “capital” no se refiere a la magnitud del pecado sino
que además de generar a otros pecados, rompe con el amor al prójimo que
proclama el Maestro Jesús.
Dante Alighieri en su poema “El Purgatorio” define la envidia como
"Amor por los propios bienes pervertido
al deseo de privar a otros de los suyos." El castigo para los
envidiosos es el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer
al ver a otros caer.
Numerosos escritores y psicólogos han considerado y definido a la
envidia como una de las causas mas frecuentes de la infelicidad y como un
sentimiento de inferioridad, haciendo que la persona que la sufre sienta también
un complejo de inferioridad.
Como siempre os digo también os
voy a manifestar mi opinión desde el punto de vista espiritual, comparto
totalmente lo antes expuesto, no solo la envida es un sentimiento que nos hace
tener o sentir angustia, inferioridad e incluso infelicidad sino que como es
otros aspectos negativos que a veces surgen en nuestras vidas, la envidia no
nos deja crecer ni como personas ni como seres de luz, ya que hace que estemos
mas pendientes de los bienes, atributos o beneficios que tienen las demás personas
que de nosotros mismos, en nuestro caminar hacia adelante, sentir envidia, pero
esta clase de envida (que es malsana) hace que las personas que la sientan se atormenten
a ellos mismos, pensando sin cesar en lo desdichados que son o que se sienten
por no poder tener eso a aquello de los demás tienen y que a ellos les gustaría
tener, como en otro escrito de este
ciclo ya he manifestado, el tener según que clase de pensamientos o actitudes
no solos nos aleja del Amor de Dios Creador y de su luz, sino que además nos
genera un campo vibracional muy negativo, y os vuelvo a recordar que así como
vibramos así atraemos en nuestras vidas...
Hay otra clase de envidia por
llamarla así, pero no es esta clase de envidia malsana que también nos corroe
por dentro, sino que es un y pongo entre comillas “una envidia sana” que hace que nos alegremos de cosas positivas
que le pasan a otras personas, muchos de vosotros seguramente os habréis
cansado de escuchar la famosa expresión que en alguna que otra vez en la vida
se ha dicho de “que envidia me das”
pero es un comentario en un tono y en un concepto totalmente diferente, ya que
en esta expresión en cierta forma no dejamos de alegrarnos por lo que aquella
persona le pasa, pero para que este comentario no se convierta en envida
malsana y en sí mismo en un pensamiento perturbador debe ser dicho como siempre
desde el corazón y con la verdadera alegría que esa acción positiva que le ha
pasado a esa persona realmente no alegra, siendo así, mas que la expresión
envidia sana será transformado en un
sentimiento que nos generara alegría en nuestro interior, ya que es de almas grandes,
buenas y nobles alegrarse de todas las cosas buenas que en la vida pasan a los demás,
porque Dios es grande y grandes deben ser aquellas almas u personas que deseen
en el interior de su alma y de su corazón avanzar y evolucionar en el camino de
la luz y de espiritualidad, y la grandeza de las almas y en consecuencia de las
personas que en su interior llevan a estas almas siempre deben ser grande y
llenas de amor y de buenos sentimientos.
Así que queridos míos recordad la
envidia así como los otros demás “pecados “o sentimientos no solos nos aleja de Dios, de su luz y de su
Amor, sino que general a nuestro alrededor una espiral de tristeza, de
negatividad, de angustia, de sufrimiento para aquellas personas que en su
interior sienten ese sentimiento de tener o poseer a toda cosa y por encima de
todo los bienes, o demás que otros poseen y ellos no, sino que también frena
nuestro avance en la escuela de la Vida Espiritual y que es de almas grandes, puras
y nobles el alegrarse desde el corazón por todas aquellas cosas, actos o situaciones
buenas que en la vida pueden suceder y
suceden a las personas, y porque Dios Creador nuestro Padre-Madre Eterno ,nos
ha creado para que siempre en nuestro interior tengamos la capacidad de valorar,
agradecer, alegrarnos y amarnos por lo que somos, por lo que tenemos y por todo
lo que de bueno y positivo hay en nuestras vidas diarias y humanas que es mucho
lo que debemos agradecer, es mucho lo que debemos valorar, es inmenso lo que
debemos alegrarnos por lo que nosotros solo por el hecho de estar vivos ya tenemos,
y sobre todo El no nos ha creado para envidiemos nada ni a nadie ya que para el
todos somos iguales y nos ama a todos por igual, porqué para el todos somos sus
Hijos, sin distinción de raza, edad, religión, bienes materiales ,para el todos
somos iguales, no lo olvidéis, nuestras acciones en esta vida marcan y marcaran
nuestras acciones venideras, nuestra vida y nuestra felicidad o no, dependen únicamente
de nosotros mismos y de nuestras acciones en esta vida, por tanto, y como en
otras ocasiones os he manifestado delante de todas estas situaciones solo hay
una cosa y una fuerza que nos puede “salvar” y ayudar que en la fuerza del Amor
y nuestro amor hacia Dios Creador
Esperando que este escrito como
siempre no solos os guste sino que os pueda ayudar a comprender que nada
tenemos que envidiar en los demás, ya que nadie en esta vida es mas que nadie, porque
todos somos iguales delante de los ojos de Dios Creador, os dejo hasta mis próximas
líneas deseándoos como siempre que seáis
felices, que vuestras vidas estén llenas
de paz, de amor, de luz de tranquilidad y que el Amor sea siempre y como
siempre nuestro único refugio.
Miles de bendiciones de Paz, Luz
y Amor desciendan sobre vosotros
Un abrazo de corazón!
Sylena
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